Posiblemente un buen acercamiento sería el de una metonímica del agobio, reafirmar el espacio vital dentro de la obligada y resentida convivencia, como constructo social excluyente.
Este recorrido, con cierta artimaña cinematográfica, no es una exploración formal de un espacio, ya no se trata de descurrir rincones, de retratar metaobjetos, sino de prolongar los instantes de una inhóspita experiencia común; las tensiones de un largo 5 a 7, luego de 8 de intentar sacarle al dÌa el sustento del siguiente.